No es cierto que el tiempo lo cure todo. Quizás debamos admitir que el
tiempo puede distraernos con el trajín del día a día pero la distracción nada
tiene que ver con la curación de un hecho traumático.
Expresiones tales como el tiempo
lo cura todo resuenan en nuestros
oídos, en nuestras mentes desde la noche de los tiempos y cuando tratamos de
ayudar a alguien surgen como fórmula espontánea de consuelo.
Deberíamos tener presente que quizás afirmaciones de tal talante, en
la actualidad ya han perdido su vigencia y que cuando consolamos de esta forma
podemos estar confundiendo al afectado.
Ni la tierra es plana ni el tiempo lo cura todo.
Hoy día la psicología no sólo se basa en hipótesis sino que aparece
muy unida al factor neurológico y ambas disciplinas han hallado su tercer
aliado en el área de la neuroimagen. Así pues, en la actualidad podemos ver los
efectos que el trauma emocional causa en nuestras estructuras cerebrales y en
su actividad.
Cuando algo nos duele en el alma también lacera el cuerpo y deja
rastros, a simple vista, imperceptibles pero que siguen allí. Determinadas estructuras cerebrales pueden modificarse en volumen
y por ende también pueden alterarse funcionalmente y restan a la espera de ser
despertados, activados de nuevo cuando las circunstancias de la vida burlan
nuestros cortafuegos emocionales, cognitivos y neuronales.
Es importante tener presente que para valorar las modificaciones
anatómicas y funcionales de personas con TEPT -Trastorno por estrés postraumático-
se han utilizado diferentes tipos de
técnicas como SPECT -Tomografía computerizada de emisión monofotónica-, PET
-Tomografía por emosión de positrones- y fMRI -Resonancia magnética funcional-
a nivel funcional mientras que la MRI -Imágenes por resonancia magnética- ha
sido utilizada para evaluar a nivel estructural.
Existen numerosas investigaciones que abordan esta temática. Concretamente
Bremner en 2007 valoró estas alteraciones durante la exposición del sujeto con
TEPT a una visualización autobiográfica del trauma dirigida por una narrativa o
script. Así pues se han hallado modificaciones -tanto aumentos como
disminuciones- en el riego sanguíneo, el metabolismo y el volumen de materia
gris del hipocampo, amígdala, córtex prefrontal medial, cíngulo anterior y
posterior y córtex temporal, todas ellas estructuras del sistema límbico que
como ya es sabido se halla involucrado en el procesamiento de las emociones
tanto positivas como negativas.
Sin embargo si resulta importante conocer los efectos del trauma en
nuestro cerebro no menos significativo resulta saber cómo abordarlo. Parece ser
que no todos los enfoques terapéuticos son eficaces. Diversos meta-análisis han
valorado este punto y se ha llegado a la conclusión de que la TCC -Terapia
cognitivo conductual- y el EMDR son las mejores e incluso son más efectivas que
la terapia farmacológica.
En relación al EMDR también se han efectuado numerosas
investigaciones. Podríamos destacar el estudio que en 2009 efectuó Richardson
en el que se grabó la señal de oxigenación de la sangre durante una sesión de
EMDR y hallaron, en comparación con el estado de reposo, un considerable cambio
en la activación cerebral en la corteza prefrontal, hallazgo que implicaba un
cambio ventromedial que se extendía a diversas áreas límbicas.
Pagani en 2012 efectuó un interesante estudio investigando la
respuesta funcional antes y después de una terapia EMDR por medio del EEG y
comparando el EEG de los pacientes durante el EMDR en la primera sesión y la
última halló una activación significativamente mayor durante la última en el
córtex temporo-occipital principalmente en el lado izquierdo. También, después
de la terapia, se observó en los pacientes una disminución significativa de los
componentes rápidos de alfa y gamma de la activación presente en la corteza
fronto-parietal en la primera sesión de EMDR.
Es evidente que se está estudiando mucho en esta área pero es de sobra
conocido que resulta fundamental continuar con más investigaciones.
Así las cosas una vez más constatamos la importancia de estar bien
informados para así poder tener una opinión más veraz.
De hecho,la tierra nunca fue plana y en el mundo del trauma, del dolor emocional, el tiempo jamás lo curó todo.
Pagani, M., Högberg, G., Fernandez, I., & Siracusano,
A. (2013). Correlates of
EMDR Therapy in Functional and Structural Neuroimaging: A Critical Summary of
Recent Findings. Journal of EMDR Practice and Research, 7(1), 29-38.
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