3.29.2018

LOS HIJOS DE LA DONACIÓN DE GAMETOS


No es ninguna novedad que nuestra Sociedad se va viendo afectada por las disfunciones en la reproducción sin embargo a partir de los hallazgos de los doctores Edwards y Steptoe, el campo de la reproducción asistida ha evolucionado considerablemente.

Si bien en un inicio pareciera como si la responsable de todos los males del mundo era la mujer, en la actualidad cada vez va otorgándose tanta o más importancia al factor masculino que va mostrándose considerablemente sensible al tema de los disruptores endocrinos -sustancias químicas que alteran el sistema endocrino (ftalatos, benzofenonas, parabenes, bisfenol A...)-.

Así las cosas, cuando las inseminaciones o las transferencias dan ese fruto tan deseado y llega un bebé se abre una nueva duda para la pareja y es la que hace referencia a si merece la pena contar a los hijos que han nacido gracias a la donación de gametos. Por lo general, se trata de una cuestión que muchas veces, al no ver claro como actuar, se acaba postergando o sencillamente eternizando y no encontrando nunca el momento adecuado para abordar este tema con el hijo o la hija habidos por esa vía.

Salvo casos especiales, por lo general los profesionales de la SMR -Salud Mental Reproductiva- somos partidarios de que se explique a los hijos cómo pudieron venir a este mundo.


La edad a la que se aconseja ofrecer este tipo de información podria estar ubicada a partir de los 3 años hasta alrededor de los 10/12 y siempre teniendo  presente que cada niño es un mundo y que lo que resulta adecuado para un chiquillo puede no serlo para otro. Por esta razón el consejo de un professional experto en el tema puede ayudar a valorar si es un buen momento para el menor y también para esos mayores. Una vez efectuada la valoración de esa conveniència podrá pasarse a ver como puede darse la información para que sea integrada de la mejor manera posible.
Existen estudios que afirman que es menos perjudicial si los niños reciben información a una edad temprana acerca de su concepción vía donante  (Jadva, Freeman, Kramer & Golombok, 2009).

Así las cosas, parece ser que el secretismo en relación a la donación de gametos puede comportar distancia emocional entre los miembros de la família. Además el hecho de revelar de forma tardía la identidad al hijo o hija podria afectarle en relación a la construcción de su identidad adulta.

Por supuesto, lo importante en estos casos es no dejarse vencer por los tabús, o por el miedo a ser rechazado como papa o mamá. Si no se revela esa cuestión de identidad al menor debido a estos motivos, ese ruido de fondo puede seguir distorsionando la atmosfera familiar. En estos casos el consejo profesional puede resultar de gran ayuda para valorar la conveniencia y en caso de contemplar esa revelación como adecuada podrá analizarse de que forma se explicarà y como podrá procederse. 

Para lograr nuestro objetivo podríamos utilizar el abordaje EMDR  que además de ayudarnos a procesar los aspectos que nos bloquean en función de aquello que pasó, también podría echarnos una mano trabajando desde la óptica de la plantilla de futuro.

Finalmente, puede ser importante recordar el enfoque de la legislación efectuada en este tema en España, estamos hablando de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida (LTRHA) que, entre otros puntós- dice así “Artículo 5.5: "La donación será anónima, custodiándose los datos de identidad del donante en el más estricto secreto y en clave en los Bancos respectivos y en el Registro Nacional de Donantes”



3.10.2018

Por la ola de la mujer que va y viene pero no se detiene...


Transcurrido este importante 8 de marzo de 2018, retomo ese profundo sentir que me llevó en 2009 a pensar en "El bozal"

Por las palabras no dichas
Por las letras no escritas
Por los silencios dolidos
Por las manos honradas y no recompensadas
Por la ola de la mujer que va y viene pero no se detiene...

EL BOZAL. 
de Isabel Coch para Duoda (18/03/2009)



Quítame el bozal, vida. ¡Quítamelo!
Deja ir mis cuerdas libres

y yo suelto las vocales.

Verás como suenan de nuevo.

Las cantaré, una por una,

como la primera vez;

como si nadie forzara,

casi como del revés.


Un bozal impuesto, un bozal legado.

Quienes demasiado hablaban,

allí, dejadas de lado.


Quítame el bozal, vida. ¡Quítamelo!

Con casi cincuenta en la vida…

Ya no, gritar en silencio.

Ya no, silenciar mi grito.

El bozal, YO, me lo quito.


El bozal tan sabiamente burlado,

tan obviado, tan obviado…

Ese bozal tan llorado.

El cuaderno de la Lessing,

Gaite detrás de su cuarto,

Harent, Diótima, Muraro,

Duoda y las que allí se quedaron…


¡Mujeres!. Mujeres al fin y al cabo.

Hijas de hijas de hijas.

¡Mujeres! Ellas y el pecado…


Y el bozal no supo olvidar…

El bozal nos encerró.

Nos encerró en nosotras.

Nos encerró con nosotras,

con nosotras y el amor.


El bozal del no decir,

con el yugo del no hablar.

Deshaciendo nuestro hacer,

rehaciendo una vez más.


¡Mujer! Ya se abrió.

Tu misma te lo soltaste.

¡Mujer! Habla sin dolor.

Transmite todo tu amor

al hombre que lo perdió;

al hombre que, a sí mismo, una parte se robó.



POEMA "El bozal" dedicado a Duoda y leído por la autora en la Jornada 18/03/2009