No es ninguna
novedad que nuestra Sociedad se va viendo afectada por las disfunciones en la
reproducción sin embargo a partir de los hallazgos de los doctores Edwards y Steptoe,
el campo de la reproducción asistida ha evolucionado considerablemente.
Si bien en un
inicio pareciera como si la responsable de todos los males del mundo era la
mujer, en la actualidad cada vez va otorgándose tanta o más importancia al
factor masculino que va mostrándose considerablemente sensible al tema de los
disruptores endocrinos -sustancias químicas que alteran el sistema endocrino (ftalatos, benzofenonas, parabenes, bisfenol A...)-.
Así las cosas,
cuando las inseminaciones o las transferencias dan ese fruto tan deseado y llega un bebé se abre una
nueva duda para la pareja y es la que hace referencia a si merece la pena
contar a los hijos que han nacido gracias a la donación de gametos. Por lo
general, se trata de una cuestión que muchas veces, al no ver claro como actuar,
se acaba postergando o sencillamente eternizando y no encontrando nunca el
momento adecuado para abordar este tema con el hijo o la hija habidos por esa vía.
Salvo casos
especiales, por lo general los profesionales de la SMR -Salud Mental
Reproductiva- somos partidarios de que se explique a los hijos cómo pudieron
venir a este mundo.
La edad a la
que se aconseja ofrecer este tipo de información podria estar ubicada a partir
de los 3 años hasta alrededor de los 10/12 y siempre teniendo presente que cada niño es un mundo y que lo
que resulta adecuado para un chiquillo puede no serlo para otro. Por esta razón
el consejo de un professional experto en el tema puede ayudar a valorar si es
un buen momento para el menor y también para esos mayores. Una vez efectuada la
valoración de esa conveniència podrá pasarse a ver como puede darse la información para que sea integrada de la mejor manera posible.
Existen estudios
que afirman que es menos perjudicial si los niños reciben información a una
edad temprana acerca de su concepción vía donante (Jadva, Freeman, Kramer & Golombok, 2009).
Así las cosas,
parece ser que el secretismo en relación a la donación de gametos puede
comportar distancia emocional entre los miembros de la família. Además el hecho
de revelar de forma tardía la identidad al hijo o hija podria afectarle en
relación a la construcción de su identidad adulta.
Por supuesto, lo
importante en estos casos es no dejarse vencer por los tabús, o por el miedo a
ser rechazado como papa o mamá. Si no se revela esa cuestión de identidad al
menor debido a estos motivos, ese ruido de fondo puede seguir distorsionando la
atmosfera familiar. En estos casos el consejo profesional puede resultar de
gran ayuda para valorar la conveniencia y en caso de contemplar esa revelación
como adecuada podrá analizarse de que forma se explicarà y como podrá procederse.
Para lograr nuestro objetivo podríamos utilizar el abordaje EMDR que además de ayudarnos a procesar los aspectos que nos bloquean en función de aquello que pasó, también podría echarnos una mano trabajando desde la óptica de la plantilla de futuro.
Finalmente, puede
ser importante recordar el enfoque de la legislación efectuada en este tema en
España, estamos hablando de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de
reproducción humana asistida (LTRHA) que, entre otros puntós- dice así “Artículo
5.5: "La donación será anónima, custodiándose los datos de identidad del
donante en el más estricto secreto y en clave en los Bancos respectivos y en el
Registro Nacional de Donantes”