7.09.2025

Profundizando en el TEPT


 



Sufrir un trastorno de estrés postraumático puede suponer estar sosteniendo un padecimiento, en la mayoría de las veces, generado a partir de una vivencia o unos hechos que han sobrepasado nuestros límites saludables.

El nivel de intensidad de ese evento que nos lastima reviste tal magnitud que nuestro cerebro se queda impactado y buena parte de sus funciones se fracturan, se hacen añicos.


Así pues, cuando la exposición a esos eventos adversos rebasa la sana homeostasis del individuo y entra en el área del maltrato, la violencia -desde la violencia psicológic, aparentemente inocua, hasta la tortura, la enfermedad, la muerte, etc.- nuestro sistema nervioso se desorganiza mandándonos un SOS para que seamos conscientes de que eso que nos pasó sigue de alguna manera latente en nuestra psique.

La latencia de ese evento en nuestro cerebro no nos incapacita del todo para seguir con nuestra vida sin embargo va mermando nuestra energía ya que nuestro cuerpo interpreta que todavía estamos atrapados allí.

¿De qué forma se nos escapa la salud?

Pueden existir síntomas variados:

Puesto que el cerebro interpreta que todavía nos hallamos enclavados en el hecho traumatizante se puede mantener un estado de alerta inconsciente con la consiguiente alteración del sistema simpático por lo que el sujeto puede presentar taquicardias, sudoración excesiva, hipertensión arterial…

Ese estado de hiperactivación también podrá alterar nuestro reposo nocturno y generar pesadillas que noche tras noche desgastan el organismo y pueden generar más aum ansiedad.

Pero no todo acaba ahí ya que en ciertos momentos del día, en los que nuestro cerebro capta ítems que presentan algún parecido con elementos de la experiencia inicial traumatizante, se podrá revivir esa experiencia en forma de flasbacks.

Así pues, un flashback se genera a partir de un estímulo que está en nuestro presente y a la vez estuvo en la experiencia traumatizante. Por ejemplo, como estímulo o ítem podríamos estar hablando de un olor que se repite en ambos momentos y que en el presente, cuando nuestro cerebro lo capta, pasa a redirigirlo al momento en que también captó ese olor o alguno de parecido en la experiencia traumatizante.

Los flashbacks, también llamados intrusiones, pueden ser de diversos tipos.

En la persona traumatizada, ese flashback se podrá presentar de forma visual, o quizás emocional, o como imágenes del momento traumático, o quizás sensaciones somáticas -un dolor- que tuvo en ese momento se podran ver prolongadas en el presente…

Resulta lógico que todo este cuadro clínico acabe alterando a la persona y ésta pueda presentar comportamientos evitativos de lugares, personas, actividades que le recuerdan el evento traumático.

Es importante remarcar que a nivel cognitivo y de estado ánimico la persona afectada puede por ejemplo tender a culparse, o/y a la anhedonia, entre otras múltiples reacciones.

En cuanto a la reactividad del afectado no está de más apuntar que éste tanto puede situarse en el polo de la irritabilidad-hiperactividad como en el del distanciamiento emocional-bloqueo, es decir, por lo general vive ubicado fuera de la ventana de tolerancia de la que tantos autores nos hablan.



Resulta de especial interés tener presente que ciertas profesiones pueden relacionarse con mayor riesgo de TEPT (médicos, enfermeria, cuidadores, bomberos, personal de ambulancia o de la psicología…

En cuanto a la vinculación entre TEPT y enfermedad es importante tener presente que en la actualidad por ejemplo contamos con evidencias empíricas que vinculan este trastorno con dolor crónico y también en algunos casos se puede hablar del síndrome de TEPT secundario a cáncer, a problemas de fertilidad o vinculado con amputaciones, incluso conexperiencias vividas en las UCI, sólo para ilustrar con algunos ejemplos…

Llegados a este punto puede resultar útil saber que hoy día ciertas actividades pueden provocar en nuestros cerebros reacciones TEPT. Me estoy refiriendo por ejemplo a la violencia virtual.

Recordemos que el cerebro capta pero no sabe valorar si eso que percibe es o no real por lo que con la sobreexposición a contenidos violentos de alguna manera nos arriesgamos y más si las mentes que perciben ese material son mentes jóvenes (inmaduras).

Finalmente quiero dedicar una especial atención al tema de la revisión de contenidos en las redes. Este es un trabajo tan arriesgado que puede generar TEPT en el revisor.

Merece la pena tenerlo presente y decirlo en voz alta.

Alguien podría preguntarse ¿Cómo puede ser que alguien se traumatice sin vivir la experiencia en carne propia y solo a través de la exposición a imágenes de violencia, muerte, tortura, enfermedad, maltrato, vejación…?

La respuesta surge rápida.

El cerebro potencia eso que hacemos/vemos mientras que va borrando lo que no atendemos ya que lo traduce como no interesante y de esa forma ese material va cayendo en el área del desuso. Por tanto, como podemos ver es importante que dediquemos tiempo a lo que realmente queremos/deseamos ya que el cerebro además de atender puede potenciar lo atendido.

Una última reflexión…  ¿Cómo cuidamos de nuestro cerebro? ¿Valoramos el contenido al que nuestro cerebro se ve expuesto y el tiempo de exposición?

Salud y Conciencia!!