7.28.2015

EL DOLOR AJENO.


Conforme las personas van comprendiendo la gran importancia que el factor emocional tiene para poder vivir el propio camino de una forma armónica, para criar a la prole con apego sano -que podría no resultar sinónimo a educar- y para vivir en una sociedad saneada emocionalmente hablando, vamos investigando, estudiando y aprendiendo en relación a conceptos tales como el trauma.

Existe un tipo de trauma que resulta prácticamente desconocido. Me refiero al trauma vicario también llamado trauma secundario.


El concepto de trauma vicario fue elaborado por Lisa Mc Cann y Laurie Anne Perlman en la década de los 90. Para las autoras, este fenómeno se produce cuando el profesional de la salud empatiza de una forma tan intensa con el paciente traumatizado que termina por sufrir una considerable transformación en sus sistemas de creencias y en sus propios esquemas cognitivos -que se ven afectados en relación al yo, a los otros y también en su visión del mundo-. 


No obstante, podemos decir que el alcance de la definición puede llegar más allá de los confines profesionales. Me refiero a que este tipo de trauma puede ser experimentado en la vida personal cuando alguien cuida a un familiar enfermo o también cuando ese alguien se expone constantemente a un mismo tipo de material informativo -ver asiduamente reportajes donde existe muerte/dolor-.

Así las cosas, ese trauma vicario puede ser darse en diversas situaciones. El colectivo de riesgo podría ser el siguiente:
         *el personal que atiende los servicios de urgencias
         *los miembros del SAMUR
         *el profesional de los servicios de oncología
         *el terapeuta especializado en trauma
         *Los miembros del cuerpo de policía
         *Los miembros del cuerpo de bomberos
         *Los familiares que cuidan al enfermo -oncología...-
         *Los testigos del maltrato
         *Letrados que se enfrentan a causas criminales


¿Y cuáles pueden ser los síntomas del Trauma Vicario?. Podríamos hablar de los trastornos del sueño, de la alimentación, dolores de cabeza... Psicológicamente hablaríamos de las alteración en la percepción, ansiedad, depresión, sobresaltos, anhedonia, salirse de la ventana de tolerancia con estados de hiperactivación o hipoactivación, excesivo sacrificio, negligencia para con uno mismo y para con la familia...

Es importante aclarar que no es lo mismo  el Trauma Vicario que el síndrome de Burnout ya que mientras que el Burnout puede afectar a cualquier trabajador como consecuencia de la presión de factores inherentes del trabajo, el Trauma Vicario parece ser más común en el sector profesional en el que se trabaja con pacientes traumatizados, dónde el terapeuta o médico se halla expuesto a un caudal permanente de informaciones dolorosas en el que muchas veces se convierte en testigo del atormentado mundo interior del paciente cuando las cuestiones son de índole psicológico mientras que todavía se agrava más la situación cuando a quien le duele, ese dolor se enclava en su organismo en forma de enfermedad como puede ser la oncológica y el clínico trata de atender a esos pacientes que, por exigencias del guión, aprenden a pisar la delgada línea que separa vida y muerte.

Probablemente podríamos añadir otro aspecto diferencial entre ambos conceptos. Esta distinción se basaría en el matiz de la fatiga de compasión que puede llegar a cotas altas en el Trauma Vicario.

Se entiende como Fatiga de Compasión el proceso emocional en el que el profesional a partir de la empatía que siente por el enfermo tiene un gran deseo de liberarlo de su carga. Así pues en la Fatiga de Compasión aparece un considerable desgaste por parte de la persona -médico, psicólogo, pareja...-  que la sufre quien puede fácilmente entrar en el área del estrés postraumático secundario que se refiere al proceso traumático de presenciar trauma -físico, mental, emocional- en otra persona de su círculo de trabajo o de relaciones -pacientes, familiares...-

La problemática se agrava cuando el profesional no tiene sus propias experiencias reprocesadas y aquí es donde entra en juego el factor resiliencia que se entiende como la capacidad de los individuos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas. Así pues, a mayor resiliencia menor será el riesgo de sufrir Trauma Vicario.

Parece ser que el hecho de que el individuo cuente en su haber con un sistema de creencias sólido actúa como factor de protección ante todo este tipo de problemáticas.

Es básico que quienes se dedican a tratar pacientes con trauma emocional o físico --cáncer...- comprendan la importancia de su autocuidado ya que tratar a los pacientes traumatizados supone efectuar el abordaje terapéutico de las partes que se disociaron del Yo. Así pues, las partes internas del mismo terapeuta también podrían verse reactivadas si se diese resonancia con las partes fragmentadas del paciente con trauma.

Por otro lado, parece ser que el factor temporal tiene una considerable importancia en el sentido de que el número de años trabajando en la clínica del trauma actúa como factor de riesgo. También parece incrementarse el riesgo de sufrir trauma vicario cuando el profesional en cuestión trabaja solo y no comparte con su círculo de colegas.

A la hora de prevenir este tipo de trauma, se aconseja una proporción equilibrada entre el trabajo y la vida privada; por tanto, la profesión no debería invadir el área personal del cuidador puesto que el desgaste iría avanzando sigilosamente y finalmente podría conducirlo al Trauma Vicario.

Los psicólogos especializados en el trauma tenemos muy presentes todas estas informaciones e insistimos en la necesidad de que los profesionales que desarrollan su actividad en el área del dolor -médicos, enfermeras, terapeutas...- se trabajen sus propias vivencias dolorosas para preservar su estabilidad y para no verse desbordados por el dolor del paciente y de esa forma, alejarse de las posibles negligencias causadas por la traumatización vicaria. El abordaje EMDR resulta ser un enfoque muy adecuado para estos casos.


Sería una excelente noticia y un enorme avance que los equipos directivos de los hospitales tuvieran más en consideración este tipo de información. 


7.21.2015

ECOS del Congreso EMDR en MILANO


En la última conferencia europea de EMDR celebrada del 11-13 de julio en Milan,  EMDR-España ha sido premiada por partida doble.

Por una parte, el HAP Award que se refiere a la vertiente humanitaria de EMDR fue otorgado a la presidenta Francisca García Guerrero por la labor que EMDR-España ha efectuado en Cuba.

Francisca García -
Presidenta EMDR-España



Por otro lado, el Francine Shapiro Award fue concedido a Benedickt L.Amann -psiquiatra y compañero de EMDR-España en Barcelona. FIDMAG- y al Barcelona EMDR Research Group por la investigación efectuada en relación al uso del EMDR en la población bipolar.