3.02.2024

¿REPRODUCCIÓN o PROCREACIÓN?



La forma como nos expresamos dice mucho de nosotras, y de nosotros. Nos cuenta acerca de nuestra vida y brinda información en relación a nuestras costumbres. También refleja la sombra que proyectaron las estructuras que han prevalecido por años en nuestra sociedad.

Partiendo de la premisa de haber estado inmersas en una sociedad de cultura eminentemente patriarcal como hemos vivido, y algunas veces, tristemente, seguimos sufriendo prevalece la reflexión, más allá de las frivolidades…

El mundo de la seguridad se constituyó con el matiz de la testosterona y esto implica la descompensación del otro, mejor dicho de la otra. Y esto genera vulnerabilidad; la mirada, de nuevo, para abajo.

En la consulta, a lo largo de tantos años, las psicólogas que nos hemos dedicado al área de la mujer hemos tenido que dar la mano a pacientes que te relataban…

…andando tranquila por la acera se frena una furgoneta y el chofer saca el brazo y me toca el pecho.

Me sentí burlada, expuesta, impotente, rabiosa …

…en los años 80 yendo por la calle con mi pareja nos cruzamos con un individuo. De pronto, noto como su mano por detrás de mi espalda se metía entre mis muslos.

Le seguí y le abofeteé. Nadie debe profanarme ni salvarme. Me basto solita aunque hoy día quizás me denunciarían a mí por agresión…

… Recuerdo que en mis años universitarios mi bolso estaba lleno: la carpeta de la facultad, llaves, lapices de labios, gafas de sol y mi cuchillo de cocina por si acaso…

… Todavía a mis 50 años, cuando regreso a casa de noche y entro con el coche en el parking, me espero a que la puerta automática baje.

Le pregunto acerca de que teme y me responde que su imaginario supone la posible agresión de un hombre, que en ningún momento piensa en que pueda ser una mujer…

La vida, nuestra vida. la vida de las mujeres fue vista, que no mirada. desde los ojos del varón y se nos proyectó esa imagen generada por el macho predominante, ese macho hoy con el poder de turno; poder político, social, económico..

Por años, la mujer no pudo sostener la mirada. Tantas veces debía bajarla    ya que sostener la mirada podía llegar a ser interpretado  como de insolencia, desfachatez, incluso de provocación.¿Por qué será que me viene a la cabeza Carmen Martín Gaite?. La pienso  allí “Entre visillos” o en ese “Cuarto de atrás”.

Vistas las cosas desde esta perspectiva lejana, con la cámara fotográfica enfocada desde el ángulo escogido, explicado y relatado por el hombre. Entendiendo que el sustantivo hombre no me representa a la mujer. Entendiendo que el concepto persona sí comprende a hombre y mujer, y a quien quiera ser como quiere ser. ¡Faltaría más!

La realidad es que esta diferencia de perspectiva o de enfoque puede llevarnos muchas veces a definir las cosas de una forma distinta. Creo que, en determinados casos, esto también podría suceder en el área de la fertilidad.

Volvamos a las dos palabras que hoy nos ocupan: reproducirse y/o procrear. Aunque el diccionario las puede plantear como sinónimas probablemente podamos encontrar ciertos matices diferenciales entre ambas.

En el caso de la palabra reproducirse aunque puede entenderse como producir de nuevo también podría entreverse un matiz cosificador si entendiéramos ese re-producirse como un copiar.

Llegados a este punto podemos reflexionar en torno a la otra palabra que hoy nos ocupa: Procrear.  

Desde el diccionario de la Real Academia Española se puede entender procrear como engendrar un individuo de la misma especie.

Seguimos y el camino nos lleva al Crear y al Producir. Tampoco tienen el mismo matiz ¿no es cierto?

La creación entraña un plus que la producción no contiene.

La creación comporta un espacio de interiorización, de reflexión,  de autoescucha, como un volcado hacia tu interior previo al hecho de materializar. Mientras que en relación a la producción ¿podríamos decir que enfoca hacia afuera? Así pues no estaría de más decir que en la producción puede existir un interés que busca generar una proyección externa como finalidad última.

Llegados hasta este punto, en el área que atañe a la fertilidad humana y todavía más en el sagrado universo de la maternidad ¿hacia qué palabra te inclinas? ¿dónde sientes más confort?

¿Re-PRODUCIR o Pro-CREAR?

Tantas veces la diferencia está en las sutilezas, en los matices…

Mil gracias



7.13.2022

NIÑO OBESO, ¿ADULTO INFÉRTIL?


 ¿Acaso nos preguntamos en alguna ocasión si los problemas que presentamos en la infancia pueden afectarnos más adelante?

A menudo, en nuestra sociedad se piensa al estilo de "lo pasado, al olvido sea dado" suponiendo que aquello que nos afectó logró desvanecerse con el paso de los años y aunque así pueda ser y doña resilencia haya podido emplearse en ello a full time , muchas veces la espoleta de la conexión con el dolor del pasado, aunque parece oculta o enmascarada por el ir y venir de nuestro presente, puede seguir manteniendo la capacidad de ser activada, algunas veces de forma emocional, otras ya con reacciones de índole psicosomático sin olvidar las enfermedades que quizás ya se iniciaron en nuestros años mozos.

En este espacio, vamos a dedicar reflexión hacia un protagonista del área de la fertilidad que  muchas veces pasa de refilón por nuestras consultas, el varón.

Lo cierto es que cada vez se van efectuando más investigaciones para conocer los entresijos del hombre frente a la infertilidad y hoy vamos a reflexionar en relación a uno de los estudios presentados en el última conference anual de la Endocrine Society, ENDO 2022.

Este estudio, presentado por Rossella Cannarella de la Universidad de Catania (Italia) expone que si se pudiera supervisar de una forma adecuda el control de peso en los niños probablemente este cuidado redundaría en prevención de infertilidad masculina.

Hemos de tener presente que cuando un niño presenta un nivel alto de insulina o es resistente a ella, cuando presenta obesidad u sobrepeso esta realidad no se queda en una mera problemática de ese momento ya que puede hacer mella en su organismo generando una tendencia a tener los testículos de menor tamaño.

Por tanto, teniendo presente que el número de espermatozoides correlaciona con el volumen testicular podemos entrever la importancia de una salud física y mental adecuada en nuestra infancia.

Vayamos un poco más allá de los que esta investigación nos sugiere...

Como PSMR-T* vamos a fijarnos un poco más en ese niño obeso.

Así pués, suponiendo que el niño no presenta, de entrada, ningún problema de base genética u hormonal podemos situar nuestra visión clínica desde otro prisma y así poder tratar de ver qué subyace debajo de ese niño obeso.

¿Qué problemática puede esconder esa adiposidad infantil? Algunas veces aparece a partir de los efectos secundarios de ciertas medicaciones pero por lo general es más común que surja junto con una mala educación dietética o incluso falta de ejercicio mientras que en otros casos puede correlacionar con una obesidad familiar, otras puede manifestarse como resultado de problemas socioeconómicos de la familia mientras que también puede deberse a problemas emocionales (bullying, abuso sexual, maltrato físico/psicológico...).

Es importante comprender que la cuestión psicológica que subyace en la obesidad de ese niño puede verse reactivada de forma inconsciente cuando ya como adulto no consigue lograr ser padre. Además de la carga que eso supone, es fácilmente comprensible que, en su caso, todavía  exista más dolor ya que puede interiorizar que a partir de su problemática su pareja -suponiendo que la tenga- no consigue quedar embarazada y quizás teniendo ella sus propios valores de fertilidad valorados como óptimos sin embargo deba transitar por un proceso de reproducción asistida.

En este punto, el sentimiento de culpa y posible vergüenza del adulto puede destapar aquello que se enquistó en el pasado y fácilmente podrían aparecer conexiones con la vergüenza que sentía ese niño/adolescente gordito o incluso con la culpa que vivía cuando se proponía no comer tanto o tan mal y no lo conseguía.

Así las cosas, desde la perspectiva de la psicología reproductiva una vez más podemos entender la importancia de saber "ver" desde nuestro ojo clínico qué material emocional peritraumático subyace y qué consecuencias sigue comportando en el momento presente de nuestras y nuestros pacientes.

Finalmente en relación a la paciente o al paciente que pueda estar leyendo estas líneas, probablemente un mensaje adecuado sería el de la gran esperanza que le puede suponer poder enender ciertos aspectos que hasta el momento le aparecían enmascarados o desconocidos y ahora ha conseguido pasar de la incomprensión a un cierto conocimiento que le podrá permitir la toma de conciencia de ese dolor emocional; paso previo al de buscar la forma más adecuada para desenredar esa madeja traumática.


Esperanza! 🍀


*PSMR-T: Profesional de la Salud Mental Reproductiva desde la perspectiva del Trauma

Cannarella R, Calogero AE. Male infertility: from etiology to management. Minerva Endocrinol (Torino). 2022 Mar;47(1):1-3. doi: 10.23736/S2724-6507.21.03706-4. Epub 2021 Nov 17. PMID: 34786909.

https://www.endocrine.org/news-and-advocacy/news-room/2022/maintaining-normal-weight-early-in-life-may-help-prevent-male-infertility

7.10.2022

Cuando el embrión se estanca

 



Es importante tener presente que alrededor de un 60% de los embriones FIV transferidos no resultan exitosos.

Este hecho puede suponer un shock para la mayoría de nuestras pacientes que se hallan inmersas en tratamientos de reproducción asistida.

Las PSMR-Tprofesionales de la salud mental reproductiva desde la visión del trauma, sabemos de qué estamos hablando puesto que muy a menudo situaciones de este tipo ocupan buena parte de nuestras sesiones terapéuticas.

Es durante ese espacio en la terapia cuando podemos constatar emociones tales como la tristeza, la rabia, la ansiedad... Se trata de emociones que por lo general emergen acompañadas de procesos rumiativos y algunas veces también disociativos.

Así las cosas, cuando una mujer se encuentra en esta situación puede incluso sentir emociones más complicadas como la culpa y/o la vergüenza.

En relación a la culpa, una puede preguntarse "¿Qué es lo que yo hice mal?" y en lo que a la verguenza se refiere, esta puede aparecer en cogniciones del estilo "No sirvo para nada, luego soy defectuosa".



Es importante que las PSMR-T sepamos como abordar terapéuticamente de forma fiable -en mi caso, vía EMDR- estos núcleos de dolor los cuales pueden ser reconocidos y afrontados pero la mayoría de las veces son evitados, incluso disociados.

Llegados a este punto, es importante tener presente la buena noticia que nos trae la actualidad científica ya que a partir de un multidisciplinar estudio * elaborado en  China se ha podido comprobar que ciertos cambios que los embriones transferidos sufren son debidos a cuestiones metabólicas y también relacionadas con su expresión génica que finalmente se traducen en un no-avance en su desarrollo.

Los autores de este estudio apuntan al concepto de quiescencia en el sentido de que un no-avance, quietud o no acción que llevaría irremediablemente a la senescencia o envejecimiento por ese no avanzar.

Y teniendo estos hallazgos en sus manos proponen trabajar con la molécula del resveratrol que, parece poder reactivar el proceso de estancamiento de esos embriones consiguiendo, en algunos casos, encaminarlos hacia una considereble reanudación.

Así pues, vemos que se abre una nueva vía, un nuevo punto de luz para la esperanza de muchas mujeres que puede alejarlas del cepo de responsabilizarse sin razón alguna de la involución de su querido embrión.

Nunca nos cansaremos de reivindicar a los gobiernos más inversión para potenciar el área de la  investigación.

Gracias🌼


Yang Y, Shi L, Fu X, Ma G, Yang Z, Li Y, et al. (2022) Metabolic and epigenetic dysfunctions underlie the arrest of in vitro fertilized human embryos in a senescent-like state. PLoS Biol 20(6): e3001682. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3001682




5.01.2022

DE MADRES



El concepto madre ha ido evolucionando asido de la mano de los cambios religiosos, sociales.

De alguna manera la palabra madre siempre ha estado conectado con madre tierra, con la fuerza origen, con la creación, con la capacidad de dar vida y de ahí provienen símbolos, arquetipos, mitología... característicos de las distintas civilizaciones que nos precedieron: desde la estacional Deméter, madre de la caída Perséfone; hasta la perseverante, fiel y quizás domesticada Penélope madre de Telémaco pasando por Nut como madre de todos los dioses para la antigüedad egipcia. Sólo por nombrar algunas.

Tengamos también presente el peso que ha ejercido en nuestro subconsciente la imaginería religiosa, Las madonnas, esas vírgenes acompañadas típicamente por el Niño.

Y así, tejiendo y deshaciendo lo trenzado cual ilusa o quizás astuta Penélope, se construye desde fuera nuestro y a veces a pesar nuestro, un modelo de fémina que nos entroniza, a las mujeres, a las que se mostraban a imagen y semejanza, siempre a partir de unos esbozos no trazados por nosotras y matizados por parámetros tales como la pureza, la abnegación, el saberse comportar, el dar hijos, el saber estar, el no quejarse, el no decidir…


Y nos sentamos cual madonnas pero ahora ya empezando a tomar conciencia de como nos movemos en la vida, de lo que nos puede llegar a suponer esa ristra de preceptos, de tópicos, de programaciones, incluso de sesgos a la hora de ser diagnosticadas y/o medicadas. Y eso no nos deja igual, nos enferma cuerpo y mente.

¿Pero qué nos pasa cuando tratamos de ser nosotras?, ¿qué pasa en nuestro interior? ¿Qué coste nos comporta el autorespeto?.

Vienen ahora a mi mente los Cuadernos Inacabados de la Librería delle donne de Milano y palabras de Carla Lonzi cuando en Escupamos a Hegel escribe “El destino imprevisto del mundo está en el recomenzar el camino para recorrerlo con la mujer como sujeto”.

¡Ahí le has dado!

Cuando la mujer parte de su propio pensar y de su propio sentir, define su momento y re-escribe su historia.

Y es ahora cuando se expone a esa madonna en la plaza pública y se la puede entender de forma distinta, con o sin virginidad; con o sin bebé en los brazos; con o sin ganas de tener descendencia; con o sin posibilidad biológica de tenerla.

Y el sustantivo madre pasa a ampliarse, a amplificarse o incluso, para quién lo desee, a restringirse porque no toda hembra que da a luz va a ser una madre. Porque de madres, haberlas, haylas y para todos los gustos pero no toda hija parida ha conocido madre o ha sentido a esa madre suficientemente buena de la que nos hablaba Winnicott.

Así que nos toca deshacer esos entuertos, esos nudos mentales que tozudos se resisten y crean enfrentamientos y guerras internas, y también externas en el nombre de la Madre Patria. Una expresión ésta última que rozando la contradicción parecería querer acercarse a la antítesis ya que si Patria proviene de Pater/Patris, ese no es y no ha sido nunca el lugar de la Mater.

No mezclemos las cosas que ya vamos teniendo voto, y voz; que ya no estamos aisladas sino en comunidad, compartiendo.

Y así nos pensamos, nos creamos y re-creamos; entendiendo que hoy día el concepto ser madre es tan amplio que sigue ensanchando nuestros latientes -que no latentes- corazones.



7.05.2021

SOSTENER

 


Sostener. Hermosa palabra...

Tal vez, si prestamos atención a imágenes como la que acompaña estas líneas podemos darnos cuenta de todo lo que puede llevar implícito esta especial palabra.

¿Qué podemos percibir ante esa expresión, ante esa imagen, ? Mil palabras podrían venir a nuestra mente: amor, seguridad, calor, calma, estar, atender, ser visto, confiar, darlo todo, sentir, amparar, alentar, nutrir, abrazar, conectar, maternar, vincular...

Para un bebé, el hecho de que la madre lo sostenga, en el sentido emocional del término, es básico, fundamental.



Sostener es ofrecer toda esa retícula de posibilidades que el bebé irá aprendiendo y, a la vez aprehendiendo; una a una, para luego poder construir ese prisma autoreferencial holográfico y así lograr sentirse, entenderse, verse y, en definitiva, SER.



Cuando trabajamos en el área de la PSICOLOGIA REPRODUCTIVA DESDE EL PRISMA DEL TRAUMA podemos entender la importancia que para ese bebé supone que mamá no esté "rota" ya que si ella presenta fisuras, difícilmente podrá legar o traspasar esa retícula completa, amplia e incondicional de la que hablamos.


Así las cosas, cuando la madre presenta algún tipo de disociación, esa retícula de la que hablábamos se asemejaría a una red de pescador rota que en vez de dar estructura y apoyo, atrapa y puede asfixiar al prisionero, al encallado en ella. Entendiendo, claro, que el primer atrapado podría ser la madre en sí misma.



Ciertamente, muchas veces se dice que para saber sostener, una debería haberse sentido sostenida, En condiciones óptimas, se habla de estar sostenida por la madre pero también pueden sostenernos otras figuras también válidas y amorosas. De hecho, muchas veces ese sostener puede aparecer en los procesos  de terapia que tienen la posibilidad de reparar y restablecer. Así pues, con la ayuda de una buen abordaje clínico y una buena predisposición de la figura de la terapeuta, la paciente con dificultades de concepción puede empezar a sentirse sostenida.

Pero con eso no nos basta...

Cuando la paciente  llama a nuestra puerta resulta básico que las terapeutas podamos efectuar una labor de sostén y a la vez de resolución de aquellas cuestiones emocionales que lleva enquistadas dentro de sí y que tanto pueden provenir del mismo problema de fertilidad en el que se halla inmersa como de conflictos anteriores a las disfunciones reproductivas y que a través del dolor de esas últimas, se reactivan y recrudecen en el momento presente. 

Por otro lado, esta resolución de la que hablo debe ser propiciada en profundidad por el profesional preparado para ello  ya que en cuestiones de reproducción si no se trabaja a fondo y solo se efectúa un acompañamiento o un abordaje terapéutico que no resuelve, seguimos estando bloqueados física y psicológicamente debido a que el poder de las hormonas es immenso y tiene la capacidad de magnificar, de ampliar el dolor emocional de la mujer en forma de flashbacks desorganización o disociación.

Volviendo de nuevo a nuestra primera imagen y al vocablo sostener, quizás podría resultarnos útil reflexionar personalmente acerca de este concepto.,,

 ¿Quien te sostuvo y de qué forma?                                        ¿A quién sostienes tu y como lo gestionas? 




2.28.2021

¿Prepararse a ser mujer?


 

“(...) aquel camino hacia la pubertad tenía que recorrerlo muy seriecita y con el susto en el cuerpo, como si a cada momento pudiera saltar un bicho desconocido de cualquier esquina. Eso era prepararse a ser mujer”.

                                                  Carmen Martín Gaite en Usos amorosos de la posguerra española

 

 

 

Carmen Martín Gaite nos legó un excelente material para poder comprender, para entendernos un poco más. En "Usos amorosos de la posguerra española" nos transporta a la mirada de la mujer que nos precedió, nuestras abuelas, nuestras madres, al fin y al cabo, seguimos siendo eso, hijas de hijas de hijas.

 

Así se aprendió a ser mujer a lo largo de varias generaciones. La autora nos habla de miedo y de una vergüenza que lejos de ser propios aparecían inoculados por la fuerza y el peso del patriarcado; espacio donde el hombre predominaba, donde mucha mujer sucumbía y aprendía el papel otorgado en el reparto de la obra de la vida.

Como en un proceso terapéutico personal en el que profundizamos deslizándonos por nuestras raíces buscando razones; las nuestras, las del corazón, las que a veces no atienden ni ellas a ninguna razón visible…, también resulta interesante, por qué no, sumergirnos en los abismos sociales que nos precedieron para así poder entender un poquito, para saber más de la madre, de la abuela…, entendiendo y valorando lo que ellas lograron romper y a la vez, reconociendo aquello que, a nuestro pesar, se nos transmitió y todavía seguimos cargando.


Lo cierto es que, en esa época no tan lejana,  así se gestaron nuestras raíces femeninas y de alguna manera la aparición de la menarquía era vista como la entrada al mundo del depredador, del peligro sexual, del terror de tener hijos no deseados con el sátiro de turno. Y hubo quién se lo creyó, hombre y mujer, por ambas partes.

 

Se preconizaba una mujer sin alegría, cabizbaja, moderada, recatada… No en vano todas sabemos lo que significaba la expresión una mujer de vida alegre. Mostrar alegría parecía ser interpretado como una provocación, como una frescura.

A reírse, toca… y con ganas!


Socialmente, en el área de la mujer se potenciaba y se elogiaba la negación de las emociones, la evitación, el no escucharse… Aparecíamos como frágiles presas en un mundo lleno de depredadores. Por cierto, también hubo más damnificados, entre ellos el varón que se lo creyó, introyectando el doloroso arte de la cacería urbana, actuando como jauría, mordiendo en manada.

Plagiando de alguna manera a Hobbes… y sólo desde esta concreta perspectiva, ¿El hombre es un lobo para la mujer?

 

¿Qué resuena en ti de todo esto?

¿Qué te transmitió tu yaya?



¿Qué bloqueos provienen de tus generaciones anteriores?

¿Qué memorias se enquistaron en nuestro ADN?

¿En qué porcentaje quedó dañada nuestra sexualidad? ¿Cómo pudo contaminarse por ello nuestra fertilidad?


Por hoy, nada más. Sobran las palabras. 

Es tiempo de reflexión.